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En la industria cosmética, es común utilizar conceptos como 'anti-aging' o 'anti-edad' para referirse a productos formulados para combatir los principales signos visibles del envejecimiento, como líneas de expresión, arrugas, flacidez, falta de luminosidad, etc. Sin embargo, inadvertidamente hemos hecho que el envejecimiento se perciba como algo negativo, cuando en realidad es un proceso natural del cual no debemos avergonzarnos.
Es por eso que hoy queremos adoptar el concepto de 'better-aging' o “well age”, que busca abrazar el paso del tiempo sin temor a envejecer, sino a envejecer de manera saludable y positiva viviendo nuestras etapas y estando conscientes de estos procesos por los que nuestra piel pasa.
Dentro de los factores que participan en el envejecimiento de la piel, podemos mencionar aquellos que son intrínsecos, propios de cada cuerpo, y extrínsecos o dependientes de las condiciones externas.
En sus causas intrínsecas, la genética desempeña un papel crucial en la velocidad y el tipo de envejecimiento de la piel. Los genes determinan la producción de colágeno, elastina y otras proteínas esenciales para la estructura y elasticidad de la piel, por lo que la genética determina un rol importante en el pronto envejecimiento, o una juventud más prolongada.
Con el tiempo, la tasa de renovación celular disminuye. Esto afecta la capacidad de la piel para repararse y regenerarse, conduciendo a la pérdida de colágeno y elastina, y contribuyendo a la formación de arrugas y la pérdida de firmeza. Además, notarás que sin una rutina de cuidado enfocada a mejorar estos aspectos, la piel se comenzará a ver opaca, incluso de aspecto ceroso.
Además, los cambios en los niveles hormonales, especialmente durante la menopausia en las mujeres, pueden afectar negativamente la producción de colágeno y elastina, contribuyendo a la pérdida de firmeza y elasticidad de la piel, además de la hidratación, haciendo más notoria la presencia de arrugas en rostro y cuello.
Los factores extrínsecos toman en cuenta la exposición al sol, pues la exposición excesiva al sol puede causar daño celular, degradar el colágeno y elastina, y provocar la formación de arrugas, manchas y flacidez.
La contaminación ambiental es otro factor interesante, ya que la exposición a la contaminación del aire puede generar radicales libres, que contribuyen al estrés oxidativo en la piel. Esto puede acelerar el envejecimiento al dañar las células y reducir la capacidad de la piel para regenerarse.
Hábitos como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol pueden afectar negativamente la salud de la piel. El humo del tabaco contiene sustancias químicas que contribuyen al envejecimiento prematuro al disminuir el flujo sanguíneo y degradar el colágeno. Por otra parte, una nutrición inadecuada, pobre en nutrientes esenciales, como antioxidantes, vitaminas y minerales, puede afectar la salud de la piel. La falta de nutrientes puede disminuir la capacidad de la piel para repararse y renovarse.
El estrés tiene efectos negativos en la piel al aumentar la producción de cortisol, una hormona relacionada con el envejecimiento. El estrés también puede afectar la calidad del sueño, que es crucial para la regeneración celular.
Finalmente, el repetir expresiones faciales, como fruncir el ceño o sonreír, pueden contribuir a la formación de líneas de expresión y arrugas, especialmente en áreas donde la piel es más delgada.
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El envejecimiento por el paso del tiempo es algo completamente natural, pero muchas veces las expectativas que ponemos sobre un producto para atenuar algunos signos visibles son demasiado altas.
¿Qué tal si en vez de tratar de combatir por completo el paso de los años, nos comenzamos a preocupar de tener un cuidado consciente e integral dentro de nuestras posibilidades para vernos y sentirnos bien?⠀
Incluye antioxidantes en tu dieta y rutina de cuidado: El estrés oxidativo es un proceso que se produce cuando la cantidad de radicales libres superan a los antioxidantes que se encuentran de manera natural en la piel.
La alimentación desempeña un papel esencial en la salud de la piel y su capacidad para resistir el proceso de envejecimiento. Una dieta equilibrada y rica en nutrientes proporciona los elementos esenciales para mantener la piel en óptimas condiciones.
Antioxidantes: Los antioxidantes son compuestos que combaten los radicales libres, moléculas inestables que pueden dañar las células de la piel. Incluir alimentos como frutas y verduras coloridas, nueces y semillas, ricos en antioxidantes como vitamina C, E y betacarotenos, ayuda a proteger la piel contra el estrés oxidativo y el envejecimiento prematuro.
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Vitaminas y Minerales: Nutrientes como la vitamina A, C, D y E, así como minerales como el zinc y el selenio, son esenciales para mantener la salud de la piel. Estos nutrientes participan en procesos celulares, reparación de tejidos y producción de colágeno, contribuyendo a una piel más firme y radiante.
Ácidos Grasos Omega-3: Los ácidos grasos omega-3, presentes en pescados grasos, nueces y semillas de chía, ayudan a mantener la hidratación de la piel y reducen la inflamación, contribuyendo a una apariencia más juvenil.
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Hábitos como el ejercicio regular no solo beneficia la salud cardiovascular y el bienestar general, sino que también tiene impactos positivos en la piel. Mejora la circulación sanguínea, llevando nutrientes y oxígeno a las células de la piel, y promueve la eliminación de toxinas. Además, libera endorfinas, reduciendo el estrés. El estrés crónico puede acelerar el envejecimiento, por lo que el ejercicio regular ayuda a mantener un equilibrio emocional que se refleja positivamente en la piel.
Si los incluyes en tu rutina diurna antes de aplicar protección solar ¡tienes la combinación perfecta para empezar a cuidarte al comenzar el día! Pero si no proteges tu piel, entonces no verás resultados.
Realiza siempre una buena limpieza antes de ir a dormir: Día a día estamos expuestos a diferentes factores de riesgo. Uno de ellos es la contaminación ambiental que, además de depositar partículas nocivas sobre la piel, pueden penetrar aumentando el estrés oxidativo que afectan a nuestras células, colágeno, elastina, y más.
Es por eso que una correcta higiene (aunque no nos maquillemos), ayudará a prevenir un daño mayor. Para esto, sé constante con tu rutina de cuidado facial pues no podemos entregar toda la responsabilidad a nuestros cosméticos si no somos conscientes del cuidado más básico.
No sirve que lavemos nuestro rostro sólo cuando nos acordemos o usar protector solar exclusivamente cuando llega el verano. Todo es un trabajo cuidadoso y con un enfoque preventivo que nos dará frutos poco a poco.
Estimula la producción de colágeno para una tez llena de vida: Si bien existen formulaciones donde el colágeno se ha fragmentado, como es el caso del colágeno hidrolizado, su uso principal es ser un humectante más no un ingrediente que pueda “rellenar” la piel quitando arrugas, al menos no de forma cosmética. Por lo tanto, los productos sólo con colágeno, ayudarán a que consigas una piel más hidratada, que entrega como resultado una piel más suave, atenuando aquellas líneas que resaltan cuando hay deshidratación.
Sin embargo, existen estimuladores de la síntesis de colágeno en la piel como la Vitamina C en su forma de ácido L-ascórbico, el ácido glicólico (AHA), retinol (Vit A), entre otros que sí tienen efecto preventivo y corrector de los primeros signos de envejecimiento, como deshidratación, pérdida de firmeza, tono opaco y primeras líneas finas de arrugas.
¿Algunas recomendaciones para tu rutina?
Te las dejamos a continuación
Usa Antioxidantes: son elementos clave en la defensa de la piel contra los radicales libres, moléculas inestables generadas por la exposición a factores como la radiación ultravioleta, la contaminación y el estrés. Estos radicales libres dañan las células de la piel, acelerando el envejecimiento y contribuyendo a la formación de arrugas, líneas finas y manchas.
Los antioxidantes neutralizan los radicales libres al donar electrones adicionales. Esto evita que los radicales libres roben electrones de las moléculas sanas de la piel, reduciendo así el daño celular y ralentizando el proceso de envejecimiento.
Tipos de Antioxidantes:
Vitamina C: Conocida por su capacidad para estimular la producción de colágeno, la vitamina C también es un antioxidante potente que combate los radicales libres.
Vitamina E: Protege la piel contra el daño UV y apoya la reparación celular.
Polifenoles: Presentes en té verde y resveratrol, los polifenoles son antioxidantes que benefician la salud de la piel.
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Regeneradores como AHA, PHA y Retinoides: los alfahidroxiácidos (AHA) y los polihidroxiácidos (PHA) son compuestos químicos que ofrecen beneficios significativos para la piel, especialmente en términos de renovación celular y mejora de la textura.
Compuestos como el ácido glicólico y láctico, presentes en los AHA, exfolian suavemente la capa superior de la piel, eliminando células muertas y estimulando la regeneración celular. Esto promueve una piel más suave y de apariencia más juvenil, hidratada.
A diferencia de algunos AHA, los PHA, como el ácido lactobiónico y la gluconolactona, son más grandes en tamaño molecular, lo que resulta en una exfoliación más suave y menos irritación. Además, tienen propiedades hidratantes y antioxidantes, mejorando la barrera cutánea y reduciendo la inflamación.
Los retinoides, derivados de la vitamina A, son conocidos por sus beneficios en la estimulación del colágeno y la reducción de arrugas finas. Aumentan la producción de colágeno, una de las proteínas esenciales para la elasticidad y la firmeza de la piel. Al mejorar la síntesis de colágeno, ayudan a mantener una apariencia juvenil y a reducir la flacidez.
Los retinoides actúan en la epidermis, promoviendo la renovación celular y disminuyendo la apariencia de arrugas y líneas finas. Además, ayudan a suavizar la textura de la piel y a mejorar la luminosidad.
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Péptidos Pro Firmeza: los péptidos son cadenas de aminoácidos que desempeñan un papel clave en la construcción y reparación de proteínas como el colágeno y la elastina, fundamentales para la firmeza y elasticidad de la piel. Al estimular la síntesis de colágeno, fortalecen la estructura dérmica, mejorando la firmeza y minimizando la apariencia de líneas y arrugas.
Además de fortalecer el colágeno, los péptidos pueden mejorar la elasticidad de la piel, ayudando a prevenir la pérdida de firmeza y el envejecimiento prematuro.
3 comentarios
Hola Carmeb, muchísimas gracias por tu comentario.
Nos alegra que nuestro blog y tips sean de utilidad.
¡Saludos!
Muy interesante los tips para cada día y probare los productos recomendados.
Tendré en cuenta estos consejos, gracias!!